Por Alba Alcaide Navas
Ayer, 23 de abril, 𝕯í𝖆 𝖉𝖊𝖑 𝕷𝖎𝖇𝖗𝖔 📗, tuve el placer de asistir como invitada a un fabuloso 𝙚𝙣𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙧𝙤 𝙙𝙚 𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙩𝙤𝙧𝙖𝙨 𝙡𝙤𝙘𝙖𝙡𝙚𝙨, donde pude conocer mejor la vida y obra de varias compañeras y dar a conocer mi faceta como autora.
Además, tuvimos una amena charla-debate en la que el público también intervino, y donde salieron algunas preguntas como:
➡️ ¿Cuál será el futuro de la literatura?
➡️ ¿Cómo afecta la IA a los escritores, artistas y a la educación?
➡️ ¿Puede transmitir la IA emociones igual que las puede expresar un escritor?
➡️ ¿Los programadores de IA se pueden considerar autores?
➡️ ¿Cuál es la situación actual de la mujer dentro del panorama literario?
➡️ ¿Existe «literatura femenina» y «literatura masculina»?
➡️ ¿Existen sesgos o algún tipo de discriminación hacia las mujeres escritoras?
💜💛💙
La primera mitad del debate dio mucho que hablar, ya que todo lo relacionado con la IA ahora mismo fascina y asusta a partes iguales 😳
Es una realidad que cada vez se tiende más a obtener de forma rápida la información que se necesita, siendo, además, esta información poco fiable, ya que se basa en la recopilación de datos hecha con algoritmos que se basan a su vez en datos poco fiables. Pero las personas, en general, ahora valoran más la rapidez que la veracidad ⏳
Las IAs también crean otros contenidos como imágenes, vídeos, audios e incluso redactan libros, utilizando el estilo de narración que tú le digas, también copiando el estilo del escritor que le digas.
Con este nuevo panorama, se hace fácil pensar que muchos puestos de trabajo desaparecerán, y es cierto que muchos de los trabajos que antes se encargarían a un ilustrador, o a un redactor, ahora se sacarán con un prompt. Muchos artistas tendrán que reinventarse, es una realidad.
Y todos tendrán que aprender estas nuevas herramientas de IA, al igual que en su momento los delineantes, que diseñaban sus planos técnicos sobre papel 📐, tuvieron que aprender a usar el programa de ordenador AUTOCAD si querían seguir trabajando.
Pero entonces, uno de los problemas será (bueno, ya es) que muchos no serán capaces de distinguir lo que ha creado un ser humano frente a lo creado por una IA.
Una asistente del público nos planteó que, aunque entendía nuestra preocupación como creadores, que 𝑞𝑢é 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑏𝑎 𝑠𝑖 𝑒𝑙 𝑙𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑏𝑎 𝑎 𝑒𝑚𝑜𝑐𝑖𝑜𝑛𝑎𝑟𝑠𝑒 𝑒𝑥𝑎𝑐𝑡𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑖𝑔𝑢𝑎𝑙 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑛 𝑙𝑖𝑏𝑟𝑜 𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑡𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝐼𝐴. Si la finalidad de entretenimiento la consigue, que qué más daría quién lo hubiese escrito.
Mi respuesta fue que, al enterarse de que lo que ha leído ha tardado segundos en redactarse, frente a las largas horas, semanas en incluso años que un escritor invierte en sus libros, tal vez podría sentirse estafado 💲
Pero lo que más me gustó fue una frase que alguien del público dijo: «𝑯𝒂𝒚 𝒖𝒏𝒂 𝒄𝒐𝒔𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝑰𝑨 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓: 𝒍𝒍𝒐𝒓𝒂𝒓 𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒃𝒆» 😭 Y esa es quizá la reflexión general de las escritoras que asistimos a la charla, que solo los seres humanos pueden transmitir emociones y sentimientos reales a través de la palabra. Ninguna IA podrá igualar la naturalidad, expresividad e intensidad con la que un autor puede escribir lo que siente.
🧡💚❤️
En cuanto a la segunda parte del debate, trató sobre la igualdad de sexos en la literatura 👫🏻 Y, aunque históricamente sí es verdad que antaño la mujer escritora estaba relegada a un segundo plano (incluso muchas tenían que firmar 🖋️ con un pseudónimo masculino si querían publicar sus libros), en la actualidad no se perciben apenas sesgos. Todos tenemos acceso a la publicación de forma igualitaria (se valora la calidad del manuscrito, sin considerar el género del autor). Como curiosidad, apreciamos en algunos casos que la forma de escribir de hombres y mujeres puede diferir, en cuanto que biológicamente nuestros cerebros 🧠 son distintos y no expresamos de la misma forma, pero, al final, nos complementamos y todas las formas de escribir son enriquecedoras para el lector.
En definitiva, fue una charla muy interesante.
Agradecer al Colectivo Diversas de Navalcarnero (Madrid) por haberme invitado a participar y por organizar este tipo de eventos.
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